La Leucoplasia Verrugosa Proliferativa (LVP) es una forma especialmente agresiva de leucoplasia oral, de etiología desconocida, que se inicia como una simple placa blanca homogénea pero tiende a extenderse y hacerse multifocal. Su crecimiento es lento, persistente e irreversible y con el tiempo las lesiones se convierten en exofíticas, verrugosas, resistentes a todas las formas de tratamiento y, lamentablemente, progresa inexorablemente a cáncer.

Las localizaciones frecuentemente afectadas son la mucosa vestibular, la encía y la lengua. Pueden aparecer muchas placas, cada una en diferente estadio de evolución. De hecho, los pacientes pueden sufrir varios carcinomas separados a lo largo de los años. El diagnóstico de la LVP puede ser difícil porque al inicio tiene un carácter inespecífico. Se realiza de forma retrospectiva, en base a la clínica y la evolución de las lesiones con su apariencia multifocal y exofítica. La histología es variable y evoluciona desde una hiperqueratosis, a una displasia con diferentes grados de severidad, a un carcinoma verrugoso o un carcinoma de células escamosas.

El tratamiento de la LVP no debe ser nunca expectante. Las lesiones leucoplásicas de la LVP deben eliminarse tantas veces como sea necesario evitando la tendencia que tienen a desarrollar áreas de carcinoma. Afortunadamente, con frecuencia los pacientes presentan un pronóstico sorprendentemente bueno a largo plazo, desarrollando carcinomas bien diferenciados.

A continuación, se presenta el caso de la evolución de una leucoplasia lingual en un paciente con LVP hasta su degeneración maligna. Ésta se trató quirúrgicamente, con la extirpación total de la lesión y, afortunadamente, en sus bordes no se hallaron restos histológicos del carcinoma.