La pérdida de un diente genera alteraciones en la boca que serán mayores cuanto mayor sea el número de dientes perdidos y el tiempo transcurrido hasta su reposición. Estas alteraciones se pueden resumir en:
1) Daño e irritación en la encia libre.
2) Movimiento e inclinación de los dientes vecinos que intentarán ocupar el espacio vacío.
3) Debido al movimiento de estos dientes se abrirán los puntos de contacto interdentales, lo que provocará retención de alimentos, incrementando así la formación de caries y el desarrollo de la enfermedad periodontal.
4) Finalmente, el cambio de posición de los dientes hará que éstos tengan contactos indebidos y sobrecargas que provocarán desgastes, dolor y posiblemente trastornos de la articulación temporomandibular.
A fin de evitar los problemas mencionados, será necesario reponer cuanto antes los dientes perdidos y restaurar la posición de mordida a su punto original. Para ello existen tres tipos de prótesis: la prótesis parcial removible, la prótesis parcial fija dentosoportada y la prótesis parcial fija implantosoportada. La decisión por uno u otro tipo dependen de factores biomecánicos, periodontales, estéticos y económicos.
La prótesis fija más común es la corona. Dicha corona artificial sustituye a la corona natural del diente cuando ésta se encuentra en mal estado o cuando solo la raíz del diente es utilizable. Las coronas protésicas pueden ser de metal-porcelana o totalmente cerámicas. Estas últimas proporcionan una excelente estética y, a día de hoy, una resistencia similar a las ceramometálicas.
La prótesis parcial fija dentosoportada, conocida también como puente dental, consiste en varias coronas unidas entre sí incluyendo la de los dientes ausentes. Esta prótesis se suele recomendar cuando se han perdido pocos dientes. Para su confección los dientes vecinos serán tallados y usados como pilares, y sobre ellos se cementará de forma permanente el puente.
No obstante, siempre que se pueda la reposición dental debería hacerse mediante el uso de prótesis parciales fijas implantosoportadas, a fin de evitar el tallado de los dientes. Además estas prótesis son ideales para aquellos casos en los que existe un número insuficiente de dientes pilares o la resistencia de éstos es inadecuada para soportar una prótesis parcial fija convencional.
La prótesis parcial removible se recomienda cuando los pilares que proporcionarían apoyo a los puentes dentosoportados son insuficientes o están periodontalmente debilitados, se ha producido una pérdida importante de tejido en la cresta ósea edéntula que dificulta la restauración estética y funcional con una prótesis parcial fija convencional, hay problemas del estado de salud que desaconsejan técnicas implantológicas o hay dificultades económicas.
En las situaciones en las que se hayan perdido todos los dientes de la arcada, solo se podrá rehabilitar dicho maxilar mediante el uso de una prótesis completa removible convencional o implantosoportada, o una prótesis completa fija implantosoportada.