Extracción de dos cálculos salivales de la glándula submaxilar izquierda

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Los cálculos pueden formarse en todo el organismo, por ejemplo la vesícula biliar, las vías urinarias y las glándulas salivales. Los factores etiopatogénicos tradicionales que se asocian a los cálculos salivales son la obstrucción, la disminución del flujo de la saliva, la deshidratación, las modificaciones del pH salival relacionado con una sepsis orofaríngea y dificultades en la solubilidad de los cristaloides.

La incidencia de formación de cálculos es variable y depende de la glándula específica implicada. La glándula submandibular está implicada en el 85% de los casos, porcentaje superior al de las otras glándulas combinadas. Diferentes factores contribuyen a la mayor incidencia de cálculos submandibulares. Junto con la composición de la saliva, también son importantes en la patogenia de los cálculos varios factores anatómicos de la glándula y el conducto submandibular. El conducto de Wharton es el conducto salival más largo, lo que hace que la saliva tenga que recorrer una distancia mayor antes de vaciar su contenido en la cavidad bucal. Además, en su recorrido, el conducto de la glándula submandibular presenta dos curvas muy marcadas: en el borde posterior del músculo milohioideo y cerca de la apertura del conducto en la parte anterior del suelo de la boca. Finalmente, el orificio es más pequeño que la apertura del conducto de Stensen, y puede que contribuya a reducir la eliminación del flujo salival del conducto de Wharton. Estas características ayudan al enlentecimiento del flujo salival y proporcionan zonas potenciales de estasis u obstrucción de dicho flujo, que no se encuentran en los sistemas de conductos parotídeo o sublingual.

Las manifestaciones clínicas de la presencia de cálculos submandibulares se hacen evidentes cuando se produce una obstrucción aguda del conducto en el momento de comer, cuando la producción de saliva es máxima y se estimula el flujo salival contra una obstrucción fija. Rápidamente aparece la inflamación resultante, que suele ser muy dolorosa. A continuación, se produce la reducción gradual de la inflamación, pero si se estimula el flujo salival vuelve a aparecer la inflamación repetidas veces. Este proceso continúa hasta que se producen una obstrucción completa, una infección o una combinación de ambas. La obstrucción completa, con o sin infección, da lugar a la atrofia de las células secretoras de la glándula implicada. La infección de la glándula se manifiesta por la inflamación del suelo de la boca, eritema y una linfadenopatía cervical asociada.

El tratamiento de los cálculos de la glándula submandibular depende de la duración de los síntomas, del número de episodios repetidos, del tamaño del cálculo y, quizá más importante, de la localización del cálculo. Los cálculos pequeños localizados anteriormente pueden extraerse a través de la apertura del conducto después de su dilatación a través del orificio. En ocasiones, es necesario eliminar los cálculos submandibulares practicando una incisión en el suelo de la boca para exponer el conducto y el cálculo. No se repara el conducto directamente porque después de su curación se podría producir una escarificación y una estenosis que quizá causaran la repetición de la obstrucción. Con la marsupialización del conducto la saliva saldrá por el nuevo orificio. Este procedimiento, conocido como sioalodocoplastia, elimina muchos de los factores que contribuyen a la formación del cálculo. En casos de cálculos posteriores que no se palpan intrabucalmente, y en muchos casos de formación y síntomas crónicos es posible que se necesite un acceso extraoral para la eliminación de la glándula y de los cálculos que se le asocian. No obstante, la litotricia por ondas de choque es mejor alternativa que la sialoadenectomía para el tratamiento de la sialolitiasis, especialmente en la era de los procedimientos mínimamente invasivos que respetan las glándulas.

A continuación, se presenta el caso de una mujer de 41 años que acudió de urgencia por presentar dolores de tipo cólico e inflamaciones intermitentes de la zona inferior e interna del borde inferior izquierdo de la mandíbula durante las comidas. La exploración radiográfica halló la presencia de dos pequeños cálculos en el conducto de Wharton izquierdo, cerca del orificio de drenaje. Puesto que la dilatación del conducto no fue exitosa, se practico la intervención quirúrgica. El resultado fue excelente.

Radiografía periapical. Nótese la presencia de las dos imágenes radiopacas correspondientes a los cálculos

Exposición del conducto submaxilar (de Wharton)

Exposición y extracción de los cálculos

Cálculos salivales

Situación al mes y medio de la intervención. Nótese la cicatrización del nuevo orificio tras realizar la sialodocoplastia. Se ha producido una estenosis de la porción distal y orificio del conducto original

Permeabilización del nuevo orificio submaxilar izquierdo y del natural contralateral

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