Elevación de seno maxilar con abordaje crestal para la reposición implantológica de un 2.6
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En general, la calidad ósea es peor en la parte posterior del maxilar en comparación con cualquier otra región intraoral. Como la longitud ideal del implante está relacionada directamente con la anchura de éste, la cantidad de fuerza que se le transmite y la densidad ósea, se ha demostrado científicamente que el éxito del implante disminuye en dicha zona cuando éste mide menos de 10 mm de longitud y su anchura es menor a 4 mm.
En esta zona anatómica el principal obstáculo con el que nos encontramos es el seno maxilar, el cual puede situarse a menos de 10 mm de la cresta ósea, y por lo tanto no proporcionar una altura adecuada para la colocación de implantes dentales. El seno maxilar es una cavidad neumática encerrada entre huesos del macizo facial y abierto a las fosas nasales, en las que drena las secreciones producidas por su revestimiento mucoso. Parece ser que interviene en la limpieza y humidificación del aire inspirado y como caja de resonancia. Durante toda la vida está en lento crecimiento y no responde a un patrón genético, sino que experimenta una clara influencia ambiental, sobre todo vinculada a la ausencia o preservación de los dientes maxilares con los que se relaciona.
En algunos casos, el seno ha crecido tanto que el espacio existente entre el reborde alveolar y su suelo es insuficiente para colocar implantes de una longitud adecuada para recuperar los dientes perdidos. Para solventar estos problemas realizamos la técnica de elevación del seno maxilar, que pretende acceder a esta estructura anatómica, despegar y elevar la mucosa que la recubre y colocar un injerto óseo entre ésta y el suelo. De este modo, se gana el espacio necesario para la colocación de unos implantes adecuados. Cuando únicamente es necesario elevar el seno hasta unos 4 mm, accedemos a él por el mismo lecho donde colocamos simultáneamente los implantes. La finalidad de esta técnica, conocida como de Summers, es la de romper el piso de la cavidad, manteniendo la integridad de la mucosa sinusal, y elevar esos pocos milímetros necesarios.
A continuación se presenta el caso de un hombre de 67 años con ausencia del primer molar superior izquierdo. Tras explicarle las dos opciones de tratamiento protésico, puente dentosoportado 2.5-2.7 o implante dental, se decantó por la segunda. Puesto que la altura ósea era insuficiente para garantizar una mayor probabilidad de éxito a largo plazo, se recomendó realizar simultáneamente una elevación del seno maxilar mediante un abordaje crestal. Nuestro objetivo era realizar una elevación de éste de unos casi 3 mm para poder insertar un implante de 12 mm de longitud. La intervención de elevación sinusal se realizó simultáneamente a la colocación del implante y el tamaño de éste fue de 5 mm de anchura y 12 de altura, dimensiones más que adecuadas para rehabilitar un molar superior. El resultado de la intervención fue un éxito.
Ortopantomografía de nuestro caso. La altura ósea disponible en la zona edéntula es de solo 9,2 mm
Situación tras la colocación del implante. Nótese que los 2,7 mm apicales del implante penetran en la cavidad sinusal
Radiografía periapical realizada al terminar la intervención. Nótese la penetración del ápice del implante en el interior de la cavidad sinusal, previamente haber elevado su mucosa
Situación al año de la intervención. Nótese la remodelación del piso sinusal, situándose ahora justo sobre el borde del ápice del implante