Cierre espontáneo de una comunicación bucosinusal tras su curación por segunda intención
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Una comunicación bucosinusal es una condición patológica que se caracteriza por existir una solución de continuidad entre la cavidad bucal y el seno maxilar, como consecuencia de la pérdida de tejidos blandos (mucosa bucal y sinusal) y de tejidos duros (dientes y hueso maxilar). Las estrechas relaciones entre el suelo del seno maxilar con los ápices de los dientes del maxilar superior, explica por qué esta cavidad puede verse afectada a menudo por procesos infecciosos odontogénicos y cómo pueden ser agredidas accidentalmente durante las extracciones de dientes cercanos, como los molares superiores y el segundo premolar. Las comunicaciones bucosinusales producen signos funcionales que varían de acuerdo con el tamaño de la comunicación y de su localización, pero que incluyen alteraciones en la alimentación (reflujo y espace de líquidos e incluso de sólidos hacia la nariz), alteraciones fonatorias (voz nasal y otras variaciones en la resonancia de la voz) o alteraciones de la ventilación sinusal como la sensación de espace de aire. Finalmente se establece una infección, aguda o crónica, en forma de sinusitis maxilar que origina un círculo vicioso, ya que conduce a la epitelización y a la formación de fístulas, es decir, a la cronificación de la comunicación bucosinusal. A pesar de que la etiología de las comunicaciones bucosinusales puede ser muy variada, la base del tratamiento es siempre la misma: eliminar toda la patología que exista en el seno maxilar y cerrar quirúrgicamente aquellas lesiones que no remitan después del tratamiento conservador.
Cuando se produce una pequeña comunicación bucosinusal accidental después de una exodoncia, el cierre por segunda intención (capacidad de regeneración propia de los tejidos a través del coágulo sanguíneo) es precisamente el método que consigue los mejores resultados siempre y cuando no realicemos maniobras que puedan interferir en la organización del coágulo. Esta reparación espontánea vendrá condicionada por el tamaño y la localización de la comunicación, y por la cantidad y calidad de los tejidos locales que van a intervenir en la regeneración tisular. Para la mayoría de profesionales el diámetro límite de la abertura, a partir del cual no debemos esperar el cierre, se encuentra en los 5 mm. Cuanto más corto sea el espacio de tiempo entre el momento de la lesión y su reparación, mayor será la posibilidad de que se produzca un cierre correcto, ya que evitamos la infección del seno maxilar y la epitelización de la lesión. El tiempo máximo que se puede esperar a que una fístula bucosinusal pueda cerrarse espontáneamente son 3-4 semanas. Una vez establecida la infección del seno, el cierre por segunda intención ya no será posible y, además, cualquier maniobra que se realice para cerrar la abertura fracasará.
A continuación se muestra el caso de un hombre de 47 años al que, tras extraerle el segundo molar superior izquierdo, se produjo una comunicación bucosinusal. Tras valorar el tamaño de la comunicación y la situación de los tejidos locales, se optó por permitir un cierre por segunda intención. Para favorecer la curación se rellenó el alvéolo con material hemostático reabsorbible para ayudar a la formación y estabilidad del coágulo. Se informó al paciente de que esta maniobra terapéutica podía fracasar puesto que el tamaño de la comunicación superaba ligeramente el diámetro límite donde se podía esperar una cicatrización espontánea. Afortunadamente, el cierre se produjo correctamente y sin complicaciones.

Detalle del molar en la radiografía panorámica

Comunicación bucosinusal tras finalizar la extracción. El tamaño de la apertura supera ligeramente el diámetro límite para lograr un cierre espontáneo

Relleno del alveolo con colágeno texturizado para favorecer la curación

Situación al cabo de un mes

Situación al cabo de dos meses

Situación al cabo de cuatro meses